Pirineo Aragonés, 25 de febrero de 2025 – El glaciar de Monte Perdido, uno de los últimos vestigios de la era glaciar en los Pirineos, se encuentra en una situación crítica. Investigaciones recientes han confirmado que el calentamiento global está acelerando su deshielo a un ritmo alarmante, lo que podría llevar a su desaparición total en un plazo de diez años.
Un retroceso imparable
Según los estudios realizados por el Instituto Pirenaico de Ecología, el glaciar de Monte Perdido ha perdido más del 80% de su volumen en el último siglo, con una aceleración del deshielo en las últimas dos décadas. El calentamiento de las temperaturas en la región, unido a la disminución de las precipitaciones en forma de nieve, está reduciendo drásticamente su capacidad de regeneración.
Los expertos han advertido que, de mantenerse la tendencia actual, este glaciar podría desaparecer por completo antes del año 2035. Su desaparición supondría un grave impacto en el ecosistema de alta montaña, afectando a la biodiversidad y al equilibrio hídrico de la zona.
Efectos del cambio climático en los Pirineos
El retroceso del glaciar de Monte Perdido es solo una de las múltiples manifestaciones del cambio climático en la cordillera pirenaica. En los últimos 30 años, la temperatura media en la región ha aumentado en 1,2 grados Celsius, provocando la reducción acelerada de otros glaciares y cambios en los patrones de precipitación.
Además, la desaparición del hielo afecta el suministro de agua de ríos y acuíferos, poniendo en riesgo la disponibilidad de este recurso para comunidades locales y ecosistemas dependientes de los deshielos estacionales.
Un símbolo en peligro
El glaciar de Monte Perdido, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997 como parte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, es considerado un símbolo de los Pirineos y un referente para la comunidad científica. Su desaparición supondría la pérdida de un testigo clave en la historia climática de la región.
Ante este escenario, los científicos insisten en la urgencia de adoptar medidas concretas para mitigar los efectos del calentamiento global. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger los ecosistemas de montaña y fomentar la educación ambiental son algunas de las estrategias que podrían contribuir a la preservación de estos entornos únicos.
Mientras tanto, Monte Perdido sigue perdiendo su hielo a un ritmo sin precedentes, convirtiéndose en una de las víctimas más visibles del cambio climático en España.
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