En respuesta a la reciente imposición de aranceles del 25% por parte de la administración de Donald Trump sobre productos europeos, España y la Unión Europea (UE) han decidido actuar conjuntamente para contrarrestar estas medidas que consideran injustificadas y unilaterales.
Los nuevos aranceles, que entrarán en vigor en marzo de 2025, afectan a sectores clave de la economía española, incluyendo maquinaria, material eléctrico, productos agroalimentarios como el aceite de oliva y el vino, así como medicamentos y plásticos. Se estima que hasta una cuarta parte de las exportaciones españolas a Estados Unidos, valoradas en aproximadamente 4.300 millones de euros, podrían verse comprometidas. Aunque este impacto representa un 0,27% del PIB español, sectores específicos podrían experimentar caídas significativas en sus ventas.
La Comisión Europea, encargada de gestionar las relaciones comerciales en nombre de los Estados miembros, ha manifestado que no ve justificación para la imposición de estos aranceles a las exportaciones europeas, calificándolos de «ilegales» y advirtiendo que podrían ser económicamente perjudiciales, especialmente debido a las cadenas de producción profundamente integradas entre ambos continentes.
En este contexto, el comisario europeo Maroš Šefčovic ha iniciado negociaciones en Washington con el objetivo de evitar la implementación de estas tarifas. Šefčovic enfatiza la necesidad de diálogo, tiempo y claridad para resolver el conflicto antes de la fecha límite del 12 de marzo, cuando los aranceles entrarían en vigor. La UE busca demostrar que el comercio bilateral no está desequilibrado y que la imposición de aranceles podría desencadenar una inflación descontrolada y frenar el crecimiento económico, preocupaciones también destacadas por el Banco Central Europeo.
Por su parte, el presidente del Gobierno español ha expresado su apoyo a las políticas de la Comisión Europea, subrayando la importancia de la solidaridad dentro del bloque para enfrentar las medidas proteccionistas de Estados Unidos. Además, ha destacado la necesidad de diversificar los mercados de exportación y reducir la dependencia del mercado estadounidense, explorando oportunidades en mercados emergentes y fortaleciendo las relaciones comerciales con otros socios internacionales.
Mientras continúan las negociaciones, la UE ha preparado una lista de productos estadounidenses que podrían enfrentar aranceles en represalia, buscando equilibrar la balanza comercial y proteger los intereses económicos europeos. Esta estrategia refleja la determinación de Europa de defender sus sectores productivos y mantener una competencia justa en el comercio internacional.
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