Resumen de El Lazarillo de Tormes

Resumen de El Lazarillo de Tormes

El Lazarillo de Tormes es una obra clave de la literatura española del siglo XVI, considerada la fundadora del género picaresco. Publicada de forma anónima en 1554, esta novela refleja la sociedad de la época a través de las vivencias de su protagonista, Lázaro de Tormes, un niño de origen humilde que narra su vida en primera persona. A través de su relato, el lector conoce las dificultades que enfrentó desde su infancia y los distintos amos a los que sirvió, lo que proporciona una mirada crítica y satírica sobre las desigualdades sociales, la corrupción y la hipocresía de la época.

Contexto histórico de la obra

La publicación de El Lazarillo de Tormes ocurrió en un periodo de grandes transformaciones en España. Durante el Renacimiento, la sociedad española experimentaba una profunda crisis económica y social a pesar de la expansión del imperio. La pobreza, el hambre y las marcadas diferencias entre las clases sociales eran evidentes, y este contexto queda reflejado en las peripecias de Lázaro.

Además, la obra fue publicada en un momento de fuerte control religioso por parte de la Inquisición Española. Esto explica el carácter anónimo del texto, ya que la crítica a instituciones y figuras de autoridad, como el clero, podría haber resultado peligrosa para su autor.

Estructura y estilo de la obra

La novela está organizada en forma de una carta dirigida a un «Vuestra Merced», donde Lázaro expone su vida y justifica las decisiones que ha tomado. Esta estructura epistolar es clave para entender el tono personal e introspectivo de la narración.

El lenguaje utilizado es sencillo y directo, lo que refleja la condición humilde del protagonista. Sin embargo, el texto está lleno de ironía y juegos de palabras, elementos que el autor utiliza para destacar las contradicciones de la sociedad y las hipocresías de los personajes que rodean a Lázaro.

El protagonista: Lázaro de Tormes

Lázaro de Tormes es el arquetipo del pícaro, un personaje astuto, ingenioso y desafortunado que debe recurrir a su ingenio para sobrevivir. Nacido en el río Tormes, de donde deriva su nombre, Lázaro es hijo de una familia humilde. Tras la muerte de su padre, su madre se ve obligada a entregarlo a diferentes amos para que pueda ganarse la vida.

A lo largo de la novela, Lázaro pasa de ser un niño ingenuo a un joven cínico y práctico. Su evolución refleja la dureza de las experiencias que enfrenta, pero también su capacidad de adaptación y su lucha por ascender socialmente, aunque esto implique cometer pequeñas faltas o aceptar situaciones cuestionables.

Los amos de lázaro y lo que representan

La narración de Lázaro está dividida en tratados que corresponden a los diferentes amos a los que sirve. Cada amo representa un aspecto de la sociedad de la época, y a través de ellos, la obra critica los valores y las instituciones predominantes.

El ciego

El primer amo de Lázaro es un ciego, quien lo introduce en el mundo de la picaresca. Aunque cruel y egoísta, el ciego enseña a Lázaro a ser astuto y desconfiado, habilidades necesarias para sobrevivir. Este personaje simboliza la miseria y la avaricia de los sectores más bajos de la sociedad.

El clérigo

El segundo amo es un clérigo corrupto que, pese a ser representante de la iglesia, es tacaño y carente de caridad. Durante su tiempo con el clérigo, Lázaro sufre hambre extrema, lo que lo lleva a desarrollar estrategias ingeniosas para conseguir comida. Este amo es una crítica directa a la hipocresía del clero, que predica la compasión pero no la practica.

El escudero

El escudero es el tercer amo y representa las apariencias vacías de la nobleza empobrecida. A pesar de su pretensión de honor y dignidad, el escudero vive en la pobreza y depende de la ayuda de Lázaro para subsistir. Este contraste entre su actitud altiva y su situación real refleja las contradicciones de una sociedad obsesionada con el estatus social.

Otros amos

Tras el escudero, Lázaro sirve a varios amos menos relevantes, como un fraile, un buldero (vendedor de bulas) y un pintor. Cada uno de ellos aporta nuevos episodios que enriquecen la crítica social de la obra. En particular, el buldero destaca por su capacidad para engañar a la gente en nombre de la religión, lo que pone de relieve la corrupción en la venta de indulgencias.

Crítica social y mensaje de la obra

Uno de los aspectos más destacados de El Lazarillo de Tormes es su aguda crítica social. La obra expone las desigualdades y las injusticias de la época, mostrando cómo la pobreza obliga a las personas a comportarse de manera inmoral o a infringir las normas para sobrevivir.

La iglesia, una de las instituciones más poderosas del momento, es objeto de especial crítica. A través de personajes como el clérigo y el buldero, el texto denuncia la falta de coherencia entre los ideales cristianos y las acciones de sus representantes.

Asimismo, la obra pone de manifiesto la falsedad de las apariencias y la obsesión por el honor que caracterizaba a la sociedad española del Siglo de Oro. A través del escudero, el autor cuestiona la utilidad de un sistema que valora más la imagen que la realidad.

El final de la obra

El desenlace de El Lazarillo de Tormes revela el punto más bajo de la moralidad del protagonista. Después de sus experiencias con diversos amos, Lázaro consigue una posición estable como pregonero y se casa con la criada de un arcipreste. Sin embargo, su aparente éxito está marcado por la aceptación de la corrupción y la resignación ante las circunstancias.

El final de la obra deja un mensaje ambiguo: aunque Lázaro ha logrado mejorar su situación económica, lo ha hecho a costa de aceptar un estilo de vida hipócrita y acomodarse a las normas de una sociedad injusta.

Relevancia de el lazarillo de tormes en la literatura

El impacto de El Lazarillo de Tormes en la literatura española e internacional es innegable. Como la primera novela picaresca, estableció las bases para un género que influiría en autores como Miguel de Cervantes y más tarde en escritores europeos como Daniel Defoe y Henry Fielding.

La obra sigue siendo un referente por su capacidad para mezclar la sátira con una profunda reflexión social. Su estilo innovador, su estructura narrativa y su crítica mordaz han asegurado su lugar como una de las obras más importantes de la literatura universal.

Conclusiones sobre la obra

El Lazarillo de Tormes no solo ofrece una ventana a la sociedad del siglo XVI, sino que también plantea preguntas atemporales sobre la moralidad, la supervivencia y la naturaleza humana. Su protagonista, con todas sus imperfecciones, sigue siendo un símbolo de resistencia y adaptación en un mundo lleno de adversidades. Por estas razones, la novela continúa siendo estudiada y admirada como una obra maestra de la literatura.

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