Cuidar la salud dental no solo mejora la apariencia de la sonrisa, sino que también previene problemas como caries, sensibilidad o enfermedades de las encías. Sin embargo, hay costumbres diarias que pueden perjudicar el esmalte y la estructura dental sin que muchas personas se den cuenta. Identificar estos hábitos y corregirlos es clave para mantener una boca sana y funcional.
A continuación, se presentan algunas prácticas comunes que pueden afectar la salud bucal y las mejores maneras de evitarlas.
1. Cepillarse los dientes con demasiada fuerza
El cepillado dental es esencial para eliminar restos de comida y bacterias, pero hacerlo con demasiada presión puede desgastar el esmalte y lastimar las encías. Esto no solo provoca sensibilidad dental, sino que también puede exponer la raíz del diente, aumentando el riesgo de enfermedades periodontales.
¿Cómo evitarlo?
Es recomendable utilizar un cepillo de cerdas suaves y aplicar movimientos circulares suaves en lugar de frotar con fuerza. También es importante elegir una pasta dental con flúor para proteger el esmalte y fortalecer los dientes.
2. Consumir demasiados alimentos y bebidas ácidas
El consumo frecuente de alimentos como cítricos, refrescos, vino y vinagre puede erosionar el esmalte, debilitándolo con el tiempo. Esto hace que los dientes sean más propensos a las caries y a la sensibilidad dental.
¿Cómo evitarlo?
Reducir la frecuencia de estos alimentos y, si se consumen, enjuagar la boca con agua después de ingerirlos. También es recomendable esperar al menos 30 minutos antes de cepillarse los dientes, ya que el ácido puede suavizar temporalmente el esmalte, haciéndolo más susceptible al desgaste.
3. Masticar hielo o abrir objetos con los dientes
Muchas personas tienen el hábito de morder hielo o usar los dientes como herramientas para abrir botellas, envolturas o bolsas. Estas acciones pueden provocar fracturas, astillas y desgaste prematuro del esmalte.
¿Cómo evitarlo?
Es mejor evitar masticar objetos duros y, en su lugar, utilizar herramientas adecuadas para abrir envases. En el caso de quienes mastican hielo por ansiedad o costumbre, optar por alternativas como chicle sin azúcar puede ayudar a reemplazar este hábito sin dañar los dientes.
4. Fumar y consumir tabaco
El tabaco no solo afecta la salud general, sino que también tiene consecuencias graves en la salud bucal. El consumo frecuente de cigarrillos o tabaco de mascar contribuye a la acumulación de placa, el mal aliento, el oscurecimiento de los dientes y el desarrollo de enfermedades periodontales. Además, aumenta significativamente el riesgo de cáncer oral.
¿Cómo evitarlo?
Dejar de fumar es la mejor solución. Aunque puede ser un proceso difícil, buscar apoyo profesional, utilizar terapias de reemplazo de nicotina y contar con el respaldo de amigos y familiares puede facilitar el abandono del hábito.
5. Descuidar el uso del hilo dental
El cepillado por sí solo no elimina todos los restos de comida y bacterias acumuladas entre los dientes. Omitir el uso del hilo dental permite que la placa se acumule en estas áreas, lo que puede derivar en caries interdentales y enfermedades de las encías.
¿Cómo evitarlo?
Incorporar el hilo dental en la rutina de higiene bucal al menos una vez al día es fundamental para prevenir problemas dentales a largo plazo. También se pueden utilizar cepillos interdentales o irrigadores bucales como complemento.
6. Rechinar o apretar los dientes (bruxismo)
El bruxismo es un problema común que ocurre cuando una persona rechina o aprieta los dientes, generalmente de manera involuntaria durante la noche. Con el tiempo, este hábito puede desgastar el esmalte, causar fracturas dentales y generar dolor en la mandíbula.
¿Cómo evitarlo?
Identificar la causa del bruxismo es clave. Puede estar relacionado con el estrés, la ansiedad o una mala alineación dental. Usar una férula de descarga por las noches y buscar técnicas de relajación puede ayudar a reducir el problema.
7. Beber poca agua
La saliva juega un papel crucial en la protección de los dientes, ya que ayuda a neutralizar los ácidos y eliminar bacterias. La deshidratación y el bajo consumo de agua pueden reducir la producción de saliva, aumentando el riesgo de caries y mal aliento.
¿Cómo evitarlo?
Beber suficiente agua a lo largo del día es esencial para mantener la boca hidratada. También es recomendable evitar el consumo excesivo de bebidas azucaradas y con cafeína, ya que pueden contribuir a la sequedad bucal.
Evitar estos hábitos y adoptar una rutina de higiene bucal adecuada es clave para mantener dientes fuertes y saludables. Además de seguir estas recomendaciones, es importante acudir al dentista regularmente para detectar posibles problemas a tiempo y recibir un tratamiento adecuado.