Los mitos más comunes sobre la ciencia desmentidos

Mitos más comunes sobre ciencia desmentidos

La ciencia es un pilar fundamental del conocimiento humano, pero a lo largo del tiempo, ciertos mitos y conceptos erróneos se han arraigado en la cultura popular. Estos errores suelen surgir por malentendidos, simplificaciones excesivas o desinformación. En este artículo, se analizarán algunos de los mitos más comunes sobre la ciencia y se explicará por qué no son ciertos.

Solo se usa el 10% del cerebro

Uno de los mitos más persistentes es la creencia de que los seres humanos solo utilizan el 10% de su cerebro. Esta idea ha sido ampliamente difundida por películas, libros de autoayuda e incluso algunos programas educativos. Sin embargo, los estudios de neurociencia han demostrado que esta afirmación es completamente falsa.

Las imágenes obtenidas mediante resonancia magnética funcional (fMRI) muestran que prácticamente todas las regiones del cerebro tienen actividad en diferentes momentos del día. Además, el cerebro es un órgano altamente eficiente, donde cada parte tiene una función específica. Si realmente solo se utilizara el 10%, no habría razón para que una lesión en cualquier área del cerebro tuviera efectos negativos en la cognición o el comportamiento.

Este mito probablemente surgió de una mala interpretación de estudios antiguos sobre la actividad neuronal. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que usamos todo nuestro cerebro, aunque no todas sus áreas estén activas al mismo tiempo.

El agua conduce la electricidad

Es común escuchar que el agua es un excelente conductor de electricidad, pero esto no es completamente cierto. El agua pura (es decir, sin impurezas ni minerales) es en realidad un aislante.

Lo que realmente conduce la electricidad en el agua son los iones disueltos, como los del sodio, el cloro o el calcio. El agua que encontramos en la vida cotidiana, como la del grifo, el mar o los ríos, contiene una gran cantidad de minerales y otras sustancias que permiten el paso de la corriente eléctrica.

Este mito ha perdurado porque en la mayoría de los casos, el agua con la que se interactúa sí conduce la electricidad. No obstante, en condiciones de laboratorio, se ha demostrado que el agua destilada no es conductora, a menos que se le agreguen impurezas que permitan el flujo de electrones.

Los antibióticos curan cualquier infección

Muchas personas creen que los antibióticos pueden curar cualquier tipo de infección, pero esto no es cierto. Los antibióticos solo son efectivos contra bacterias, no contra virus ni hongos.

Las enfermedades causadas por virus, como la gripe, el resfriado común o el COVID-19, no responden a los antibióticos. Usarlos innecesariamente contribuye a un problema grave: la resistencia bacteriana, que ocurre cuando las bacterias desarrollan mecanismos para evadir los efectos de los medicamentos.

El uso indiscriminado de antibióticos ha llevado a la aparición de superbacterias resistentes, lo que representa una amenaza para la salud pública. Por ello, es fundamental que estos fármacos solo se utilicen bajo prescripción médica y para tratar infecciones bacterianas confirmadas.

El azúcar causa hiperactividad en los niños

Muchos padres creen que el consumo de azúcar provoca hiperactividad en los niños, pero los estudios científicos han demostrado que esto es un mito.

Las investigaciones sobre la relación entre el azúcar y la hiperactividad no han encontrado evidencia sólida que respalde esta idea. La percepción de que los niños se vuelven más activos después de consumir dulces puede deberse a otros factores, como el contexto en el que se encuentran (fiestas, reuniones o actividades emocionantes).

El efecto placebo también juega un papel importante. Si un padre cree que el azúcar afecta el comportamiento de su hijo, es más probable que note cualquier cambio en su actividad, aunque no esté relacionado con la alimentación.

Esto no significa que el azúcar sea inofensiva. Su consumo excesivo está relacionado con problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, pero no con la hiperactividad.

El ser humano tiene solo cinco sentidos

Desde la infancia, se enseña que los seres humanos tienen cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Sin embargo, los científicos han identificado muchos más.

Además de los sentidos tradicionales, el cuerpo humano cuenta con capacidades sensoriales adicionales, como la propiocepción (la capacidad de percibir la posición del cuerpo en el espacio), la nocicepción (percepción del dolor), la termorrecepción (detección de temperatura) y el equilibrio.

Algunas clasificaciones llegan a identificar más de 20 sentidos, todos ellos desempeñando funciones clave en la percepción del entorno. Esta idea de los cinco sentidos proviene de la filosofía aristotélica, pero la ciencia moderna ha demostrado que la experiencia sensorial humana es mucho más compleja.

En el espacio no hay gravedad

Existe la creencia de que en el espacio exterior no hay gravedad, pero esto no es cierto. De hecho, la gravedad está presente en todo el universo, aunque su intensidad varía según la distancia y la masa de los cuerpos celestes.

Los astronautas en la Estación Espacial Internacional (EEI) parecen flotar no porque no haya gravedad, sino porque están en un estado de microgravedad. La estación orbita la Tierra a una velocidad tan alta que está en una caída libre constante, lo que genera la sensación de ingravidez.

Si realmente no hubiera gravedad en el espacio, la Luna no estaría en órbita alrededor de la Tierra, ni los planetas alrededor del Sol. La gravedad es una de las fuerzas fundamentales del universo y su influencia se extiende a todas partes.

Un rayo nunca cae dos veces en el mismo lugar

Otro mito muy extendido es que un rayo no puede caer dos veces en el mismo sitio. Sin embargo, los estudios sobre tormentas eléctricas indican lo contrario.

Las estructuras altas, como rascacielos, torres y árboles, pueden ser golpeadas por rayos múltiples veces durante una misma tormenta. Un ejemplo claro es el Empire State Building, que recibe el impacto de rayos decenas de veces al año.

Los rayos siguen el camino de menor resistencia hacia el suelo, por lo que las estructuras prominentes en una zona determinada tienen más probabilidades de ser impactadas repetidamente.

Las vacunas causan autismo

Uno de los mitos más peligrosos sobre la salud es la creencia de que las vacunas causan autismo. Este falso vínculo surgió de un estudio fraudulento publicado en 1998 por Andrew Wakefield, el cual fue desmentido y retirado por la comunidad científica.

Desde entonces, múltiples investigaciones han demostrado que no hay ninguna relación entre las vacunas y el autismo. Sin embargo, este mito ha generado un movimiento antivacunas, lo que ha llevado al resurgimiento de enfermedades prevenibles, como el sarampión y la tos ferina.

Las vacunas son una de las herramientas más eficaces para prevenir enfermedades y salvar vidas. Su seguridad y efectividad están respaldadas por décadas de investigación y monitoreo constante.

Los murciélagos son ciegos

La frase «ciego como un murciélago» ha llevado a la creencia errónea de que estos animales no pueden ver. Sin embargo, los murciélagos tienen visión y pueden percibir su entorno con mayor precisión de lo que se cree.

Si bien algunas especies utilizan la ecolocalización para moverse en la oscuridad, esto no significa que sean ciegos. De hecho, muchos murciélagos ven en condiciones de baja luz e incluso pueden detectar colores.

La combinación de la visión y la ecolocalización les permite cazar presas con gran precisión, lo que los convierte en depredadores altamente eficaces.


Estos son solo algunos de los mitos científicos más extendidos que han sido refutados por la evidencia. La difusión de información errónea puede afectar la percepción de la ciencia y la toma de decisiones en la vida cotidiana. Por ello, es fundamental cuestionar la información, consultar fuentes confiables y fomentar el pensamiento crítico para evitar caer en falsas creencias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *