La Asociación Nuclear Mundial ha manifestado su preocupación ante el plan de cierre de las plantas nucleares en España, programado para iniciarse en 2027. Sama Bilbao y León, directora general de la organización, advierte que esta decisión podría tener repercusiones económicas significativas, incluyendo un aumento en el costo de la electricidad y una mayor dependencia de fuentes energéticas externas.
Un estudio reciente de la consultora PwC respalda estas afirmaciones, indicando que el desmantelamiento de las centrales nucleares podría incrementar la factura eléctrica en un 23% para hogares y pequeñas y medianas empresas, y hasta un 35% para la industria. Este aumento se debería a la necesidad de suplir la energía nuclear con ciclos combinados de gas, lo que también implicaría un alza en las emisiones de CO₂ y una mayor dependencia de las importaciones de gas.
Además, el cierre de instalaciones como la Central Nuclear de Almaraz tendría un impacto negativo en la economía y el empleo de las regiones circundantes. Foro Nuclear destaca que esta medida podría reducir los márgenes de cobertura de demanda, empeorar la estabilidad de la red eléctrica y aumentar las tarifas para consumidores y empresas.
En contraste, organizaciones como Greenpeace argumentan que el abandono de la energía nuclear es necesario debido a los riesgos asociados y la gestión de residuos radiactivos. Señalan que una transición hacia fuentes renovables podría mitigar estos desafíos y ofrecer beneficios ambientales y económicos a largo plazo.
El debate sobre el futuro de la energía nuclear en España continúa, con voces a favor de mantener las plantas operativas para garantizar la estabilidad energética y otras que abogan por una transición hacia fuentes más sostenibles.
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